miércoles, 26 de noviembre de 2014

DEMANDA CONTRA GEORGE BUSH
Fernando Padilla Farfán

De acuerdo a encuestas de diversas empresas norteamericanas como la prestigiada Zogby International, poco más de la mitad de los neoyorquinos sigue creyendo que el gobierno de Bush estuvo implicado en el ataque a las torres gemelas, aquel once de septiembre de 2001; entendiendo esto como que el ex presidente George Bush fue quien ordenó el ataque, aunque un gran aparato publicitario le echó la culpa a la red terrorista Al Qaeda (o Al Qaida).

No han sido pocos los interesados en investigar sobre el tema, para encontrar la verdad de lo acontecido en aquella ocasión. Uno de ellos es el exitoso abogado Stanley Hilton, quien fuera jefe de asesores del Senador y ex candidato a la presidencia  Bob Dole, pero que ahora representa a más de cuatrocientas familias de las víctimas del 11 Septiembre 2001, en una demanda que ha establecido en contra de George Bush, para exigirle el pago de 17 mil millones de Dólares por su implicación en el ataque identificado como el 11-S, de acuerdo a pruebas que dice tener.

Particularmente en Estados Unidos, mucho se ha dicho que el motivo principal que influyó para que Bush ejecutara ese brutal plan, fue con el propósito de conseguir ventaja política para posicionarse entre los conservadores; justificar el endurecimiento en su política exterior que incluiría el cierre de las fronteras a ilegales y personas non gratas; y recuperar para su país la posición hegemónica para intervenir política o militarmente en asuntos internos de otras naciones. Y con el ataque  a las torres y al Pentágono por supuestos terroristas, podría conseguir el respaldo del Congreso y de los ciudadanos, que le otorgarían la libertad para combatir a los intrusos.

Stanley Hilton, en entrevista en la televisión Norteamericana, comentó algunos resultados de las investigaciones que ha venido documentando, las cuales incriminan directamente al ex presidente Norte Americano. Por ejemplo, dice que en las bases militares y en los principales aeropuertos, permanentemente hay aviones de combate de los llamados F-16, en posición de despegue, con los motores encendidos y con el piloto dentro, para repeler inmediatamente cualquier agresión. Ha sido noticia mundial algunos casos de pequeñas avionetas Cessna que han salido de su curso y a los cinco minutos a más tardar, están siendo perseguidas por estos veloces aviones de guerra que las obligan a aterrizar en el aeropuerto más cercano, exponiéndose a ser derribadas en caso de no hacerlo.

Otro de sus argumentos es que George Bush, en un desliz de información, declaró en California que había visto en televisión el video del primer avión que atacó a la primera de las dos torres. Pero resulta que el único video oficialmente reconocido es el de la segunda torre, de la primera no hubo. Esto fortalece la idea de que el Presidente se quedó con la imagen de cuando le mostraron el video simulado de lo que posteriormente ocurriría, escena que finalmente terminó por confundirlo.

Otro más de los relatos documentados por Hilton, es el de una señora que laboraba como secretaria en una de las oficinas del primer edificio destruido, que asegura que la noche anterior su hijo que está en el Comando Naval, por teléfono le dijo que al siguiente día por ningún motivo fuera a trabajar.

A las 8:30 de la mañana de ese día, es decir 22 minutos antes del ataque, aviones militares sobrevolaron las torres del World Trade Center y el Pentágono. En los registros de la Defensa Aeroespacial Norteamericana, de acuerdo a lo que exhibió Hilton, aparecían clasificados como ejercicios militares. En el mismo sentido, la North American Aerospace Defence, a pesar de haber registrado en sus pantallas de radar no menos de 24 diferentes señales, que evidentemente correspondían a los movimientos de los aviones secuestrados, estuvo quieta.

De acuerdo al testimonio de militares que ha entrevistado, afirma que ellos fueron informados que la mañana del once habría ejercicios militares sobre el área de Nueva York, con el propósito de evitar reacciones ante algo irregular. Por otra parte, cuenta también con la versión de dos esposas de secuestradores que aseguran que sus maridos no eran propiamente árabes, sino norteamericanos encubiertos que trabajaban para la CIA y el FBI.

Otra de las hipótesis del trabajo de investigación, es la parte correspondiente a la tecnología que supuestamente se usó en el ataque. Es decir, los aviones fueron teledirigidos desde tierra por medio de un dispositivo que con oportunidad hubiese sido colocado en el aparato, que entró en operación una vez que pasajeros y tripulantes fueron inutilizados -o inclusive muertos-, por un gas que fue liberado también a control remoto. Lo que no aclara el entrevistado es acerca de las llamadas de al parecer dos pasajeros a sus familiares, explicando lo que ocurría dentro del avión. 

Lo preocupante es que si esto ocurrió como lo explica el abogado Hilton, que el autor fue el ex Presidente del vecino País y no la organización terrorista Al Qaeda que dirige el ex socio de los Bush, el multimillonario Osama Bin Laden; entonces estaríamos ante la posibilidad de que con ese antecedente, gobiernos posteriores pudieran hacer algo similar con cualquier otro pretexto, para justificar alguna intervención  militar o política con el disfraz de ayuda solidaria.


jueves, 20 de noviembre de 2014

EXPECTATIVAS PARA EL TRANSPORTE MARÍTIMO
Ing. Fernando Padilla Farfán

Una de las noticias más trascendentales acerca de la transportación marítima, la dio la Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Marítimo, al establecer el compromiso de mejorar su flota mercante en operaciones y reducir las emisiones contaminantes, evitar la polución en el transporte de sustancias, no soltar aguas sucias de los buques al mar y suministrar el uso de combustibles más sustentables al transporte marítimo. Con lo anterior, la industria del ramo incrementará sus niveles de competitividad con miras a una detonación global.

Durante el evento celebrado recientemente en el auditorio del Museo Memoria y Tolerancia, con motivo del Día Marítimo Mundial, en el marco de la celebración del Cuarto Congreso Nacional de la Marina Mercante, la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante y los empresarios del rubro diseñaron el documento del Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación por Buques.

A la firma del convenio asistió el secretario general de la Organización Marítima Internacional, Koji Sekimizu, como testigo de honor. En su discurso destacó varios aspectos interesantes relacionados con esta industria, destacando de manera especial el esfuerzo que las autoridades mexicanas y los transportistas marítimos hacen para unirse a los protocolos internacionales. También comentó que México tiene un gran potencial en la marina mercante gracias a su privilegiada geografía y sus litorales con grandes puertos.

Planteó que la colaboración de los buques mexicanos en los respectivos protocolos ayudará al crecimiento de la industria y a su eficaz desarrollo siempre protegiendo el medio ambiente. Consideró que es interés de todos mantener el equilibrio entre la ecología y el comercio mercante naval, uno de los primeros medios que el hombre utilizó para el transporte de mercancías en grandes distancias y que lejos de mermar, cada día toma más importancia en todos los sectores productivos del planeta.       

En su turno, el Coordinador General de Puertos y Marina Mercante Guillermo Ruiz de Teresa, quien asistió como representante del Secretario de Comunicaciones y Transportes Gerardo Ruíz Esparza, anunció que el Gobierno de la República invertirá 12 mil 600 millones de pesos anuales en el sector marítimo, para cubrir la necesidad de transporte y aumentar su capacidad de carga portuaria cumpliendo a cabalidad con el factor detonante que significa la reforma energética. Aportó el dato que las inversiones representan un incremento de 75 por ciento respecto al flujo anual promedio que se ha tenido en la última década, lo cual confirma el crecimiento que habrá de registrar la mencionada industria como la principal vía del tráfico de hidrocarburos en el país.

También subrayó que de 280 millones de toneladas manejadas durante 2012, para 2018 se estarían movilizando más de 500 millones de toneladas.


Por su parte Juan Pablo Vega, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Marítimo, enumeró que actualmente existen 285 embarcaciones de bandera mexicana de un universo de 500 que hay en la marina mercante del país, lo que representa más de 50 por ciento del total. Esto es impulsado principalmente por empresas que prestan servicios a Petróleos Mexicanos (Pemex).

miércoles, 12 de noviembre de 2014

TRANSPARENTAR RECURSOS A PARTIDOS
Fernando Padilla Farfán


Nadie duda que el dinero es imprescindible para hacer política, particularmente si se trata del financiamiento a organizaciones o partidos políticos. El problema es que a partir que les otorgan recursos estatales, con la idea de convertirlos en entidades autónomas, provistas de personalidad jurídica, y con funciones para que gente de la sociedad encuentre las facilidades en el camino hacia el poder; se inicia un progresivo encarecimiento de las campañas electorales, inscritas en un contexto en el cual la mercadotecnia y su parafernalia hacen que los gastos crezcan de manera exponencial, y coincidentemente, los partidos  sufren una modificación en su dinámica activista, que los lleva a convertirse en aparatos burocráticos como cualquier oficina gubernamental. Esta situación en lugar de impulsar el fortalecimiento de los partidos,  con el objetivo de erigirse en representaciones de los intereses políticos de los ciudadanos, han incurrido en  la inevitable pérdida de contacto con su militancia y sus simpatizantes.

Además que los partidos mayoritarios, por contar con mayores prerrogativas, desarrollan las habilidades necesarias para mantener su preeminencia.
Pero el desmesurado crecimiento de los aparatos partidarios, y la necesidad de mantenerlos en función permanente, significaron una abultada nómina. Este fenómeno, agregado a campañas electorales crecientemente costosas, colocó a los partidos ante la disyuntiva de tener que recaudar grandes sumas sin indagar profundamente en torno al origen de esos dineros. De esta manera se abrió el hueco para el financiamiento ilegal, el predominio de fuertes grupos económicos, el tráfico de influencias y el flagelo de las contribuciones de origen oscuro.

Lo delicado del asunto no es que los partidos cuenten con el suficiente dinero para costear sus actividades sin preocuparse de su origen. El problema es que nadie da nada sin recibir algo a cambio, y en una relación en estas condiciones, queda establecido como un fuerte compromiso del cual habría que pagar posteriormente costosas facturas, que contravienen la transparencia  y condicionan las decisiones de los funcionarios.

Pero el asunto no para ahí. Aprovechando la coyuntura de los insuficientes recursos oficiales, quienes también se apuntan para participar en los gastos de las campañas electorales son las empresas y los empresarios, con la inocultable intención que esos apoyos se traduzcan en contratos o concesiones. El más cercano ejemplo  lo vivió México con Vicente Fox. Un año antes de que fuera nominado como candidato a la Presidencia, en el Centro Carter de Atlanta, Georgia, fundado por el Expresidente James Carter, se celebró un foro sobre el tema de "Transparencia y Crecimiento en América", en cuyo patrocinio participó la Coca Cola. La crónica del evento recoge que entre los altos funcionarios de la transnacional ahí presentes, se comentó que la empresa tenía oportunidad para colocar a uno de sus mejores hombres en la presidencia de México, por supuesto que con la intención que el producto de cola ampliara su horizonte de ventas.

Por otra parte, el financiamiento público coloca a los partidos en un ámbito de supeditación a los intereses de quienes aportan los recursos así se trate del Estado, y los enfrenta al reclamo popular por las descomunales cantidades de dinero que se les otorgan sin beneficio aparente. Hay que recordar que anteriormente, era obligación de los propios militantes de participar, mediante el pago de cuotas en el sostenimiento de sus instituciones políticas y sus campañas electorales.

Pero tampoco los Estados Unidos, la nación pretendidamente prototipo de las democracias, escapa a las sospechas de utilización ilegal de recursos en sus campañas políticas. En su momento, William J. Clinton, fue cuestionado por presuntos beneficios derivados de aportaciones de empresarios chinos. Años atrás, el Vicepresidente Spiro Agnew, durante el gobierno de Richard Nixon, tuvo que dejar el cargo ante la acusación de haber recibido ilegalmente fondos para la campaña en la que ambos fueron elegidos.

En Europa ocurrió algo similar. Sonó fuerte el caso de los diamantes que obsequió Bokassa I, emperador de un ya inexistente imperio centroafricano, al Primer Ministro Francés Valery Giscard d´Estaing, para actividades de su partido político. En Colombia, fue todo un escándalo la acusación contra su Presidente Ernesto Samper, por haber recibido fondos del narcotráfico. Y en España, Según un informe de Transparency International, los sectores más corruptos son los partidos políticos y las empresas.

En conclusión, no parece haber una fórmula de financiamiento ideal. Expertos consideran que la decisión tendría que darse de acuerdo al contexto político prevaleciente, al nivel cultural del país y al desarrollo del sistema de partidos; sin soslayar que la tendencia actual en las democracias representativas que más han madurado, es la de buscar un mayor equilibrio entre el financiamiento público y el privado, a fin de encontrar un balance entre esas formas que eviten extremos perversos. (ferpadillafarfan@gmail.com)


jueves, 6 de noviembre de 2014

REVIVEN TEMA BIN LADEN
Fernando Padilla Farfán

Un grupo de investigadores privados con residencia en Nueva York, ha tomado en sus manos la investigación extra judicial de la muerte de Osama Bin Laden, porque según ellos, hay algo que no cuadra en la lógica del procedimiento seguido por las autoridades que oficialmente informaron del caso. Sin restarle credibilidad al informe del presidente de los Estados Unidos de Norte América, que en su momento dio a conocer, prevalecen diversas dudas sobre las versiones encontradas de quienes participaron directamente en el operativo (un cuerpo de élite de la US Navy),  y la falta de pruebas y evidencias gráficas.
Uno de sus argumentos es que a la fecha no se han presentado fotografías o videos, como ha sido costumbre en acciones de naturaleza similar, sino que contrario a lo que la opinión internacional esperaba, la prueba máxima quedó fuera del alcance de criminólogos y especialistas forenses, porque el inerte cuerpo de Obama se lo “brindaron” al mar para que se lo “tragara” completamente, en un inusual y exagerado respeto a la religión que profesaba el homicida de más de cuatro mil seres humanos, como causante del derribamiento de la Torres Gemelas de NY.
Los militares, en extraño gesto de fe, cumplieron escrupulosamente los ordenamientos de la religión musulmana que ordena que todo aquel que la profesa, cuando muere, su cadáver debe ser depositado en el mar bajo cierto rito y con las clásicas túnicas envolviendo al cuerpo. Tal cual lo hizo el grupo de élite del país más poderoso del mundo.
Para los investigadores resulta sospechoso que el mencionado grupo de élite, integrado por hombres con especial e intensa preparación para cuestiones de asalto, haya cumplido con una suerte de deseo post mórtem de quien realizara diversos ataques terroristas recordados por el profundo dolor que provocaron a la humanidad entera.
Pero también hay otros informes que se contradicen. Oficialmente se ha dicho que fue asesinado por que opuso resistencia, pero existen declaraciones de marinos que aseguran haber visto a Bin Laden desprovisto de cualquier arma. Luego, que lo detuvieron vivo y así se lo llevaron.
A quienes han estado interesados en el caso, han considerado totalmente absurda la decisión del gobierno de Pakistán, país de residencia de Osama Bin Laden, de destruir la casa, fortaleza o escondite donde fue sorprendido y muerto, con el fútil argumento: “Para que no se convierta en un santuario de adoración”. Temieron, supuestamente,  que se convirtiera en monumento de inspiración que motivara la conformación de más actos terroristas en el mundo. Hay quien dice que la decisión de destruirla fue para extinguir la tentación de quienes pretendieran cuestionar la versión oficial de su captura y muerte.
Pero por otra parte, la muerte de Osama, que pudo considerarse un éxito para la estrategia contraterrorista del presidente Barack Obama, no supone el fin de al-Qaeda, y mucho menos de la amenaza del terrorismo global. Pero, del mismo modo que deteriora aún más a aquella estructura terrorista y a su estrategia de desgaste, puede incidir a mediano plazo sobre el modo en que se configura el entramado transnacional del terrorismo yihadista.
Mientras tanto, este fenómeno mantiene su carácter polimorfo y se encuentra, paradójicamente si se quiere, extendido como nunca antes en una multiplicidad de focos de amenaza terrorista.
Cuando aquel domingo 1 de mayo de 2011 el presidente de EEUU, Barack Obama, anunció la muerte de Osama bin Laden, dijo que suponía el logro más significativo en los esfuerzos de su país por derrotar a al-Qaeda. Tuvo razón en ello porque la estrategia de al-Qaeda es una estrategia de desgaste. No necesita ganar, sino sencillamente evitar ser derrotada. No necesita tomar el poder en algún país de población mayoritariamente musulmana ni cumplir con la quimera de reconstituir el Califato, como proclama su propaganda.
Su métrica de victoria consistía y consiste, básicamente, en seguir perpetrando atentados y proyectar una imagen de vanguardia e indestructibilidad. Ésta aparente capacidad de persistencia y de fortaleza organizativa es para los terroristas algo próximo al éxito. Y el hecho de que, 13 años después de los atentados del 11 de septiembre, el icono por antonomasia del yihadismo global, Osama bin Laden, no hubiera sido hallado, reforzaba extraordinariamente esas percepciones generando en unos pesimismo sobre las políticas contra el terrorismo internacional y en otros motivaciones para contribuir al mismo.
Haber dado con su paradero y dejar a al-Qaeda sin el líder carismático e indiscutido que estableció en 1988 ese núcleo fundacional del yihadismo global, es el resultado más importante de la nueva estrategia para combatir el terrorismo adoptada por el actual mandatario norteamericano, aunque en buena medida descansa sobre avances de la pasada Administración republicana.

Se espera que la muerte de Osama Bin Laden haya sido verdadera y que no se haya tratado de una estrategia publicitaria, tan solo para que el presidente Obama, para que alcanzara la reelección que actualmente está por concluir         .